el blog de la hija del jefe
burocracias
Lo barato, igual, es barato por algo...
Saben aquel que diu, que va un tío a una tienda, con un artículo comprado en amazon para que le enseñen a usarlo?...
Pues increíble pero cierto, no es la primera vez que nos pasa...
Sí, claro, lo compras en amazon porque es más barato y luego en vez de llamar a quién te lo vendió, te vas a una tienda que vende algo parecido a que te enseñen a usarlo porque las instrucciones van en chino, y además amazon no tiene ningún sitio a donde ir para que te den explicaciones...
y aún se va ofendido porque no le hemos explicado como funciona un aparato que:
- nosotros no le hemos vendido.
- nosotros no comercializamos.
- nosotros no sabemos como funciona.
Claro que según el cliente que se ha ido tan ofendido como si hubiéramos insultado a su madre, nosotros deberíamos habernos leído las instrucciones, aun estando en chino, y pasar un rato enseñándole a usar un aparato que ha comprado por internet porque sino vamos a acabar cerrando por el mal servicio que damos...
(Lo de que las traducciones se pagan y que igual en parte por eso, el producto es más barato, lo dejamos para otro día...)
(Y tampoco digo nada del 21% de iva...)
mascarillas
Al parecer, después de varios meses, casi todos habéis entendido que lo de la mascarilla es obligatorio y que para entrar en tiendas como la nuestra hay que ponérsela
Digo casi todos, porque sigue viniendo gente sin mascarilla (cuatro sólo durante la semana pasada), y que incluso se sorprenden cuando preguntan si pueden entrar y les decimos que sin mascarilla no (que me hace gracia la sorpresa, porque si de verdad no se lo esperaran, no preguntarían si pueden entrar sin mascarilla antes de entrar)... y entonces preguntan qué pueden hacer porque se la han olvidado en casa / en el coche / en la barra del bar (y lo de la barra del bar no es coña) y cuando les decimos que les vendemos una (a 60 céntimos de nada), algunos se medio ofenden, otros lo agradecen y otros se creerán que vivimos de vender mascarillas a sesenta céntimos cada una (que por cierto es lo que nos cuestan a nosotros)
(Al que entró tapándose la cara con una gorra, y a esos que se ponen un pañuelo en plan bandolero, mejor no los nombro porque si no lo han entendido, no van a entender lo demás...)
El caso, es que ahora que casi todos tenéis claro lo de que la mascarilla es obligatoria, os voy a pedir que os las pongáis bien... anda... por favor... que no sabéis el apuro que me da a mis cuarenta y dos años, el tener que decirles a señores de cincuenta, sesenta o hasta setenta años, que se pongan la mascarilla bien, gracias...
Sólo por lo violento que resulta decirle a una persona adulta que se ponga bien la mascarilla, haced el favor de llevarlas bien puestas... que de verdad no os imagináis lo ridícula que me siento cada vez que tengo que explicar ciertas cosas a estas alturas.
probadores
lo hemos probado; funcionaba... y se ha ido diciendo que ahora que sabe que funciona la comprará...
hemos deducido que por internet a otros porque a nosotros no nos la ha comprado...
pero yo me pregunto, cuando las tiendas como nosotros hayamos tenido que cerrar
(y al final cerraremos porque la verdad es que vivimos de vender artículos y no de probarlos para que los clientes sepan si funcionan antes de comprarlos en otros sitios)
dónde irán los clientes a probar si las cosas funcionan?
deberían ustedes (los que hacen esas cosas) planteárselo seriamente, porque a este paso les digo yo que no podrán, y cuando ya no puedan, se tendrán que quedar con sus compras... porque cuando ya no haya competencia, los grandes harán con sus supuestos derechos de consumidores lo que quieran.
Sobre los comentarios en Google, 2ª parte (o mi carta abierta a una tal Erika)
El caso es que le he pillado el punto a contestar a esos comentarios que deja la gente y que, la verdad es que aunque no tengan nada que ver conmigo, me ofenden.
Dicho esto, estaba yo buscando el teléfono de uno de los bares del barrio, porque quiero ir a por dos raciones de fidegüa para llevar, cuando, vicio feo, me he puesto a leer los comentarios que han dejando los distintos usuarios que además de ir a los sitios sienten la urgente necesidad de dar su opinión (como si alguien que no los conoce le pudiera importar).
Opiniones hay para todos los gustos y de todos los colores (desde las cinco estrellas hasta esa única estrella que hay que poner para poder opinar en internet). Hay gente entusiasmada con la comida, y gente horrorizada con esa misma comida; gente que dice que el servicio es genial, y gente que dice que es lamentable; hay a quien le han entusiasmado las patatas bravas (hasta el punto de llegar a su casa y tener la necesidad de encender el ordenador para contarnoslo a todos los demás), y a quien no le han gustado nada esas mismas bravas (hasta el punto de llegar a su casa y tener la necesidad de encender el ordenador para contarnoslo a todos los demás)... y es por estas curiosas contradicciones por las que le doy poco o nulo valor a las opiniones que el señor google os hace compartir con nosotros.
El caso es que de entre todas las opiniones ha habido una que me ha dejado preocupada y a la que he sentido la necesidad de responder (aunque el bar no es mío, y no saco nada con esto), pero es que hay cosas que de verdad no entiendo...
me refiero a que entiendo que hay gente que es tonta, e incluso que hay gente que es muy tonta, pero que compartan su tontería con toda la comunidad de internet, a veces hace que me sonroje...
Dicho lo cual, copio y pego el comentario que una tal Erika sobre un bar restaurante de barrio:
"La atención fue muy sosa y a las 5 de la tarde ya no había menú. Eramos 11 personas y solo había 2 menús completos. Me parece muy caro para esa clase de atención."
Querida Erika:
Exactamente a qué te refieres cuando dices que la atención fue muy sosa? no os bailaron una jota cuando llegasteis? no os hicieron reverencias? no os contaron chistes graciosos antes de tomaros nota? o es que el camarero no te tiró los trastos y por eso te quedaste un poco despagada? No sé... Quizás es que soy rara, pero cuando voy a un restaurante, lo que espero de la atención es que sea correcta y poco más; ni necesito que el camarero me haga más caso del necesario, ni que me haga reir, ni que sea resalao... con que me tomen nota y me traigan lo que he pedido, me suelo conformar, la verdad.
Pero entiendo mejor de lo que hablas cuando sigo leyendo tu comentario y veo que es que aparecisteis a comer a las 5 de la tarde! y pretendiendo comer de menú!
Y aquí me pregunto, Erika, de donde eres... porque aquí sabemos todos que a las cinco, los menus se han acabado, querida... Y es que la gente suele comer de menú, pero en pocos sitios he visto yo menús para meriendas (si era lo que buscabais os tendríais que haber ido a uno de esos sitios de bolas que mis amigas con niños dicen que están muy bien para merendar...).
Que no dices (porque eres muy gata) que no os quisieran dar de comer (me apuesto lo que quieras a que de comer os dieron, unas tapitas o algo que es lo que come la gente que no come a la hora que toca... y lo sé por el final de tu comentario), lo que te ofende es que a las 5 de la tarde no os hubiaran guardado menus! a ti a tus diez amigos!
Ay, Erika, te leo y no puedo evitar pensar en cuantas decepciones te depara esta triste vida, en la que poco a poco vas a ir descubriendo que el mundo no gira en torno a ti, y que en un bar no pueden guardar once menus cada día por si a ti y a tus amigos os da por ir a comer a las 5 de la tarde.
En fin, querida Erika, te pareció muy caro para esa clase de atención, lo que no deja de ser curioso, porque no dices que te pareció caro teniendo en cuenta lo que tomasteis, ni teniendo en cuenta la calidad de la comida, ni su cantidad, ni nada que sea más o menos objetivo, no... a ti lo que te pareció es caro para esa clase de atención (recordemos que la atención fue sosa y poco precavida, ya que los camareros debían de haber tenido en cuenta que hay grupos de once personas que todos los días deciden comer de menú, pero en vez de hacerlo a la hora en la que lo hacemos el común de los mortales, deciden ser originales y pedir menus cuando los demás estamos merendando, a las 5 de tarde).
Y podrías decir, querida Erika, que he repetido demasiadas veces lo de las 5 de la tarde, pero es que ese es el dato que me ha hecho sonrojarme al leer tu comentario: ese dato y que tú no hayas sido capaz de entender porque no tenían menus a esas horas.
Nada más querida Erika, te deseo que el tiempo te dé un poquito de comprensión, un poquito de empatía, o a falta de estas dos cosas, un poquito de vergüenza para no ir dejando por ahí este tipo de comentarios que más que retratar el local del que hablas, te retratan a ti.
Así que ojito con lo vais diciendo por estos mundos de internet... porque igual se pone de moda esto de ir contestando comentarios y alguien os dice algo que no os acaba de gustar, como a Erika la atención de este bar y sus horarios de cocina...
Sobre los comentarios en Google (o mi carta abierta a un tal José Manuel)
"Primera experiencia con mis hijas en una librería no comercial nefasta. Un dependediente emparanollado acosando a que los niños no se acerquen a los libros . Resumen nos fuimos sin comprar y mosqueados. Por lo demás soy cliente avitual. Tienen buenos precios y un poco de todo."
Lo firma un tal José Manuel, y la pena es que el google deja que los usuarios anónimos dejen los comentarios que quieran, pero no deja que otros contestemos... vamos que sobre un comercio uno puede decir lo que se le pase por la cabeza cuando quiera, pero yo no le puedo decir a otro usuario lo que pienso de su comentario... así que sirva este post como carta abierta al tal José Manuel:
Lo primero que noto y que me preocupa, querido José Manuel es que distingues entre librerías comerciales y no comerciales, lo que la verdad es que me deja un tanto sorprendida... es que en esta librería no se puede comprar? y siendo la respuesta que sí, ya que yo misma he comprado muchas veces allí, me pregunto, qué son para ti librerías comerciales, aunque ya me lo puedo imaginar, y porque hasta ahora solo has llevado a tus pobres hijas a ese tipo de librerias y no a las librerías de verdad... porque quizás, si lo hubieras hecho, tus hijas sabrían comportarse... que cómo sé que tus hijas no saben comportarse? lo deduzco de tu comentario... el pobre dependiente, no estaba emparanoiado (ni emparanollado, no vamos a discutir, aún por la ortografía, ya que no tengo claro ni que esta palabra exista, ni tampoco de la construcción de la frase completa, porque es para nota, ya que no logro entender como se puede "acosar a que los niños no se acerquen a los libros"), lo que estaba era asustado, porque como dependienta que a veces se enfrenta con niños maldecuados, la verdad es que es muy complicado mantener la clama cuando uno ve que los niños toquetean los libros sin ningún tipo de tacto, y que sus maleducados padres, no les dicen nada al respecto... La verdad es que es muy embarazoso cuando en cumplimiento de tu trabajo te encuentras con niños que no han sido debidamente educados por sus padres, que no saben comportarse, y que además gozan de una total y absoluta indiferencia por parte de sus padres, que una al final no sabe si es que de verdad no se dan cuenta de lo maleducados que son sus hijos, o es que están tan avergonzados que no los riñen porque están disimulando para que la gente no piense que son suyos...
Y voy al momento de tu comentario en el que me han saltado todas las alarmas, ese momento en el que me he dado cuenta, querido José Manuel de que eres un mentiroso: dices que eres un cliente habitual, pero sabes qué, querido José Manuel? que no me lo creo... porque si fueses cliente habitual de cualquier librería del mundo, sabrías que habitual se escribe así, como lo estoy escribiendo yo... con hache y con be... sí, querido José Manuel, porque cualquiera que lea tu comentario sabe que: normalmente vas a grandes superficies y no estás acostumbrado, ni tus hijas tampoco, a ir a comercios de barrio; que tus hijas son unas maleducadas, hasta el punto de haber puesto nervioso al pobre dependiente, y que tú y tu mujer también lo sois por no haberles llamado la atención a vuestras hijas y haberles pedido que se comportasen como deben comportarse los niños en un lugar público, donde por cierto hay más gente que no tiene porque soportar la mala educación de toda vuestra familia; y que tú eres un mentiroso, porque cualquier lector habitual sabe como se escribe la palabra habitual.
Al menos al final eres sincero, y reconoces que tienen buenos precios y un poco de todo, con lo que estoy totalmente de acuerdo...
Así que ojito con lo escribís por ahí, porque como veis, los demás podemos deducir muchas cosas de vuestras críticas anónimas...