te cuento:
la tienda la abrió el abuelo...
ahora la llevan el jefe (mi padre) y el otro jefe (su hermano, mi tío, vamos)
aquí también trabaja la jefa (que es la mujer del jefe y mi madre)
y el sobrino del jefe (el hijo del otro jefe, osea mi primo)
y mi hermana que viene a ratos...
una de mis hermanas, porque tengo otra pero que no trabaja aquí...
la dependienta (porque es la única chica que atiende, que lleva aquí trabajando desde que abrió el abuelo... así que casi como una tía laboral... que ya se encarga ella de recordarme que me daba la merienda cuando yo era pequeña)
dos dependientes (que también llevan aquí desde que yo puedo recordar, y que aunque no se parecen en nada, uno es alto, el otro bajito, uno es calvo, el otro tiene pelo, uno usa gafas y el otro no... misteriosamente los clientes los confunden continuamente)
mi compañera del despacho (la otra que contesta al teléfono y que ahora tiene media jornada)
y yo... claro... la hija del jefe... secretaría que estudió bellas artes y que escribe por las noches novelas que nadie lee... pero como de algo hay que vivir, me paso ocho horas al día metiendo albaranes, contestando al teléfono, tomando nota de pedidos y respondiendo mails...
pd. y la gran jefa (vease: mi abuela) que cuando se aburre se viene al despacho a pedirme que le cuente algo o a llamar a su hermana por teléfono... y a buscar actores con el google... que desde que descubrió el google hace un par de años, no para de pedirme que le busque cosas...