la hija del jefe

Admito que muy normal no es estudiar bellas artes y acabar de secretaria, pero conforme están las cosas no me voy a quejar. Culpa mía por ser como soy, y culpa de la vida y las circunstancias, que hicieron que un curro temporal de media jornada para ayudarme a pagarme el final de la carrera y los caprichos, se acabara convirtiendo en un trabajo con contrato fijo de ocho horas cada día, mas los sábados por la mañana.

Lo malo de ser la hija del jefe es que al final nadie te reconoce el merito (en caso de tenerlo). Porque por un lado siempre pensarán que estás ahí por ser hija de quien eres, y es cierto, no lo niego, pero trabajas como el resto, aunque lo tuyo siempre parezca que es menos serio. Y por el otro, siempre parecerá que cuando te tomes tus días de vacaciones y demás (exactamente los mismos que el resto e incluso menos) contigo se hacen excepciones.

Al final, siempre serás la hija del jefe, por mucho que trabajes, por muchas horas que le eches, y por seria que seas... siempre habrá quien pensará que lo tuyo no es un trabajo serio... que tu padre te paga cada mes sin saber muy bien.

Como en casi todo en esta vida, poquitos se preocuparán por entender como son en realidad las cosas.

Incluso mi propia familia me sigue preguntando después de tantos años exactamente en que consiste mi trabajo. Mi trabajo? Un poco de todo, pero eso ya lo iré contando. Si es que encuentro el tiempo, entre llamada y llamada, de seguir mecanografiando.


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