porque si bien es cierto que cuando contestas al teléfono nunca sabes lo que te vas a encontrar, al menos solo tienes que contestar, y a malas, pasar la llamada; pero cuando eres tú la que llama a un cliente, además de no saber que te vas a encontrar, encima tienes que dar explicaciones...
que a qué viene esto?... te cuento la última llamadita de teléfono.
- si? - me contesta una voz femenina
- buenas tardes, está josé perez (nombre ficticio, obviamente)
- pues si, pero no... vive aquí, pero ahora no está, y se puede saber quien es usted y que es lo que quiere de mi marido!?...
y te dan ganas de decirle que tú de su marido no quieres nada... pero suspiras y con voz de secretaria (muy socorrida para estas situaciones) le explicas que eres secretaria, y que te han pasado una nota para que llames a ese número y preguntes por ese señor, que encargó material en nombredelatienda y que si es tan amable le diga cuando vuelva que ya tenemos el material, y que puede pasar cuando quiera.
(adoro la confusión en las voces celosas cuando la voz de secretaria disipa sus celos y se dan cuenta de lo impropio del tonillo empleado)
y como me he quedado sola otra vez (ya no tenemos chica nueva en la oficina y para celebrarlo el teléfono no ha dejado de sonar en toda la tarde) miro todos los números a los que tengo que llamar y espero con ilusión que sea la hora de cerrar... que remedio...
4 comentarios:
os iria bien un secretario, me ofrezco, claro. las celosas lo agradecen y tambien vosotras cuatro jaja
es que hay gente pá tó y gente pato
un petó
Me encantaría haber visto la cara de la mujer, seguro, seguro, que se le quedó la cara roja como un tomate.
No está mal la propuesta del anterior comentarista.
Un beso
Mercedes
A ese cliente cuando le paseis la visa facturar como El Romani, jeje. Si la mujer tambien puntea la visa le da algo.
Bienvenida a mi blog.
Besets
que pena descubrir tan tarde este blog... que pena...
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