Sobre los comentarios en Google, 2ª parte (o mi carta abierta a una tal Erika)

Tendréis que admitir que esto de buscar por internet algo, y ponerte a leer los comentarios que deja la gente es una especie de vicio feo que todos nos tendríamos que quitar. Porque al final los comentarios son simples opiniones personales, nada objetivas que dependen de tantas variantes que es imposible fiarse de ellos (o al menos, visto lo visto, esa es mi opinión personal).
El caso es que le he pillado el punto a contestar a esos comentarios que deja la gente y que, la verdad es que aunque no tengan nada que ver conmigo, me ofenden.
Dicho esto, estaba yo buscando el teléfono de uno de los bares del barrio, porque quiero ir a por dos raciones de fidegüa para llevar, cuando, vicio feo, me he puesto a leer los comentarios que han dejando los distintos usuarios que además de ir a los sitios sienten la urgente necesidad de dar su opinión (como si alguien que no los conoce le pudiera importar).
Opiniones hay para todos los gustos y de todos los colores (desde las cinco estrellas hasta esa única estrella que hay que poner para poder opinar en internet). Hay gente entusiasmada con la comida, y gente horrorizada con esa misma comida; gente que dice que el servicio es genial, y gente que dice que es lamentable; hay a quien le han entusiasmado las patatas bravas (hasta el punto de llegar a su casa y tener la necesidad de encender el ordenador para contarnoslo a todos los demás), y a quien no le han gustado nada esas mismas bravas (hasta el punto de llegar a su casa y tener la necesidad de encender el ordenador para contarnoslo a todos los demás)... y es por estas curiosas contradicciones por las que le doy poco o nulo valor a las opiniones que el señor google os hace compartir con nosotros.
El caso es que de entre todas las opiniones ha habido una que me ha dejado preocupada y a la que he sentido la necesidad de responder (aunque el bar no es mío, y no saco nada con esto), pero es que hay cosas que de verdad no entiendo...
me refiero a que entiendo que hay gente que es tonta, e incluso que hay gente que es muy tonta, pero que compartan su tontería con toda la comunidad de internet, a veces hace que me sonroje...
Dicho lo cual, copio y pego el comentario que una tal Erika sobre un bar restaurante de barrio:

"La atención fue muy sosa y a las 5 de la tarde ya no había menú. Eramos 11 personas y solo había 2 menús completos. Me parece muy caro para esa clase de atención."

Querida Erika:
Exactamente a qué te refieres cuando dices que la atención fue muy sosa? no os bailaron una jota cuando llegasteis? no os hicieron reverencias? no os contaron chistes graciosos antes de tomaros nota? o es que el camarero no te tiró los trastos y por eso te quedaste un poco despagada? No sé... Quizás es que soy rara, pero cuando voy a un restaurante, lo que espero de la atención es que sea correcta y poco más; ni necesito que el camarero me haga más caso del necesario, ni que me haga reir, ni que sea resalao... con que me tomen nota y me traigan lo que he pedido, me suelo conformar, la verdad.
Pero entiendo mejor de lo que hablas cuando sigo leyendo tu comentario y veo que es que aparecisteis a comer a las 5 de la tarde! y pretendiendo comer de menú!
Y aquí me pregunto, Erika, de donde eres... porque aquí sabemos todos que a las cinco, los menus se han acabado, querida... Y es que la gente suele comer de menú, pero en pocos sitios he visto yo menús para meriendas (si era lo que buscabais os tendríais que haber ido a uno de esos sitios de bolas que mis amigas con niños dicen que están muy bien para merendar...).
Que no dices (porque eres muy gata) que no os quisieran dar de comer (me apuesto lo que quieras a que de comer os dieron, unas tapitas o algo que es lo que come la gente que no come a la hora que toca... y lo sé por el final de tu comentario), lo que te ofende es que a las 5 de la tarde no os hubiaran guardado menus! a ti a tus diez amigos!
Ay, Erika, te leo y no puedo evitar pensar en cuantas decepciones te depara esta triste vida, en la que poco a poco vas a ir descubriendo que el mundo no gira en torno a ti, y que en un bar no pueden guardar once menus cada día por si a ti y a tus amigos os da por ir a comer a las 5 de la tarde.
En fin, querida Erika, te pareció muy caro para esa clase de atención, lo que no deja de ser curioso, porque no dices que te pareció caro teniendo en cuenta lo que tomasteis, ni teniendo en cuenta la calidad de la comida, ni su cantidad, ni nada que sea más o menos objetivo, no... a ti lo que te pareció es caro para esa clase de atención (recordemos que la atención fue sosa y poco precavida, ya que los camareros debían de haber tenido en cuenta que hay grupos de once personas que todos los días deciden comer de menú, pero en vez de hacerlo a la hora en la que lo hacemos el común de los mortales, deciden ser originales y pedir menus cuando los demás estamos merendando, a las 5 de tarde).
 Y podrías decir, querida Erika, que he repetido demasiadas veces lo de las 5 de la tarde, pero es que ese es el dato que me ha hecho sonrojarme al leer tu comentario: ese dato y que tú no hayas sido capaz de entender porque no tenían menus a esas horas.
Nada más querida Erika, te deseo que el tiempo te dé un poquito de comprensión, un poquito de empatía, o a falta de estas dos cosas, un poquito de vergüenza para no ir dejando por ahí este tipo de comentarios que más que retratar el local del que hablas, te retratan a ti.

Así que ojito con lo vais diciendo por estos mundos de internet... porque igual se pone de moda esto de ir contestando comentarios y alguien os dice algo que no os acaba de gustar, como a Erika la atención de este bar y sus horarios de cocina...



No hay comentarios: