Códigos

La primera llamada de teléfono del día:

- Buenas, es que ayer vi en vuestra página web un artículo y quería saber si lo teníais ahí.
- Me puede indicar la referencia?
- Pues no, porque lo vi anoche, y os llamé y ya no estabais,
- (normal, yo por las noches me voy a mi casa)
- y la verdad es que no se me ocurrió apuntarme nada.
- (pa'que, pudiendo jugar a adivinar cosas?)
- Pero es un artículo que vale 2,95 €
- (Lástima que mi ordenador no tenga un botón mágico para buscar por precio)
- Y está en la web.
- (Web en la que ni yo misma sé, cuantos artículos tenemos)

Así que tras varias búsquedas en las que el cliente me iba dando pistas y yo buscaba por la web a ver si encontraba el artículo en cuestión, increíble pero cierto (más por intuición que por los datos aportados) lo encuentro.
Le digo que sí, que lo tenemos, y le doy la referencia y el código.

Eso era a las nueve y poco de la mañana, y ahora, a la una y cuarto, me pregunta el hijo del otro jefe, si yo he cogido esta mañana una llamada, me da toda la explicación, y me pregunta si por un casual me acuerdo del código, porque el cliente (que debe ser un jugador nato) no se lo ha apuntado.

Por suerte mi memoria es mejor de lo que cabría esperar, y aunque parezca mentira me acordaba aún del código.

Y digo yo, que hay que sentirse muy especial, para ir así por la vida, no?...
Y es que hay personas que se creen inolvidables, pero la mayoría de las veces, no se imaginan porque las recordamos, y no es precisamente ni por su educación ni por cualidades... digo yo.

1 comentario:

Verónica Calvo dijo...

Qué paciencia!!!

Muchas gracias por tus deseos ;)

Abrazos